Es
aquella cualidad humana por la que la persona se determina a elegir actuar
siempre con base en la verdad y en la auténtica justicia (dando a cada quien lo
que le corresponde, incluida ella misma).
La
honestidad es aquel que no toma nada que no le pertenezca, no oculta nada, se
ve en la transparencia de los actos cotidianos, tiene el coraje para decir
siempre la verdad, no hace cosas que dañen a los otros, obra de forma correcta
y clara.
Ser
honesto es ser real, acorde con la evidencia que presenta el mundo y sus
diversos fenómenos y elementos; es ser genuino, auténtico, objetivo. La
honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás, que, como nosotros,
"son como son" y no existe razón alguna para esconderlo. Esta actitud
siembra confianza en uno mismo y en aquellos quienes están en contacto con la
persona honesta. Así podemos identificar a una persona honesta.
Las
acciones que debemos poner en práctica para ser honestos es ser honrados, honorables,
auténticos, transparentes, sinceros, francos, valientes...
Si
queremos ser honestos conozcámonos más a nosotros mismos, expresemos sin temor
lo que sentimos o pensemos siempre con respeto, no perdamos de vista la verdad,
cumplamos nuestras promesas, luchemos por lo que queremos jugando limpio y no
hagamos cosas que dañen a nuestra familia, nuestra institución y nuestra patria
sólo por nuestro bienestar personal.
Hay que
tomar la honestidad en serio, ser conscientes de cómo nos afecta cualquier
falta de honestidad por pequeña que sea… Hay que reconocer que es una condición
fundamental para las relaciones humanas, para la amistad y la auténtica vida
comunitaria.
Ser
deshonesto es ser falso, injusto, impostor, un fraude. La deshonestidad no
respeta a la persona en sí misma y busca la sombra, el encubrimiento, es una
disposición a vivir en la oscuridad. La honestidad, en cambio, tiñe la vida de
confianza, sinceridad y apertura, y expresa la disposición de vivir a la luz,
la luz de la verdad.
Está presente en nuestra vida cotidiana cuando... se ve cuando se miente, se roba, se
engaña, se hace trampa. Esta es la reflexión en relación a la pérdida de un
libro electrónico, quien lo tenga se engaña a sí mismo y a los demás porque lo ha
conseguido de una manera incorrecta, carece de honestidad.