Ser madre no es algo que
se improvise, para tener un embarazo armonioso y darle al bebé todo lo que
necesita es importante estar preparada física y mentalmente... pero y si al
final, después de meditarlo profundamente llegas a la conclusión, te das
cuenta, de que no quieres, no por problemas económicos, ni por trabajo, no
busquéis más este tipo de motivos... simplemente yo no me veo, es mi elección
de estilo de vida.
“¿Y tú, para cuándo?, se
te va a pasar el arroz, ¿es que no te gustan los niños?, te pierdes lo mejor de
la vida...”. Esta es la retahíla de preguntas y sentencias que las mujeres
escuchamos cuando afirmamos no querer procrear y más aún, generalmente somos
impelidas a dar explicaciones a esta “controvertida decisión”.
Aún, en estos tiempos en
los que vivimos, el no tener hijos se considera algo raro o desviado, la
sociedad todavía se plantea la maternidad como un destino, una hoja de ruta por
ser mujer, cuando se opta voluntariamente a no ser madre crea sorpresa… por
favor que no somos de otro planeta, no es antinatural.
El deseo universal de
procrear es un mito, no todo el mundo quiere ser madre o padre, aunque soy del
parecer que, sí, que existe presión social a favor de la maternidad, no siendo
así hacia la paternidad, cuando un hombre decide no ser padre es aceptado,
entonces sí que se buscan todo tipo de excusas de las de un tipo y de las del otro.
En definitiva, aquellas
que no queremos descendencia, no tenemos roto el llamado reloj biológico de la
maternidad que se supone que a toda mujer le hace tictac llegada cierta edad.
Con este comentario me viene a la cabeza la exprimera ministra de Australia,
Julia Gillard, que durante su carrera política fue objeto de más de una crítica
por parte de sus adversarios por no tener hijos. El líder de la oposición en
2012, Tony Abbott, desacreditó la decisión del Gobierno de Gillard de reducir
las ayudas por bebé alegando que carecía “de experiencia en la crianza de los
niños”. Unas palabras que la líder laborista y sus compañeros de partido
interpretaron como un ataque personal hacia la dirigente. No era la primera
vez, ya que en 2007, el senador conservador, Bill Heffernan, aseguró que la
política no tenía liderazgo porque era “deliberadamente estéril”… acaso una
mujer soltera y sin hijos ¿no podía llevar asuntos importantes en un país?...
Mi vida me gusta tal y
como es, yo no cuestiono la forma de vida de las mujeres que son madres, lo que
no quiero es que cuestionen la vida de las mujeres que no lo somos, yo llevo
una vida “plena” y ¿egoísta?... en la vida todo es egoísta, cuando eliges un
camino siempre pierdes y ganas algo... No hay ninguna opción ideal.
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