Es una frase hartamente
repetida: ‘necesito recuperar la ilusión’. Cuando parece que las cosas van mal,
la rutina me atenaza y entro en un ritmo de vida en el que el aburrimiento, los
problemas y las dificultades me asedian, necesito recuperar la ilusión.
Recuperar la ilusión es
una especie de argumento o una pócima de magia doméstica que utilizo para intentar
salir de un bache personal (o colectivo). En cierta manera puede convertirse en
un recurso fácil que me puede impulsar hacia algún lugar, pero que no sé qué es
ni cómo es ni cuándo se da. En realidad, podría ser un espejismo y no ser nada.
Sin duda, la ilusión por
las cosas me hace fuerte en el camino diario. Ver en el futuro cierta esperanza
me permite movilizar el presente y revolucionarme positivamente. Es esa
revolución interior de desear, aún sin saber los detalles de lo que quiero
conseguir, lo que me permite andar sin cansarme, perseguir el objetivo
superando las adversidades o alcanzar cualquier meta con mis fuerzas, aunque
éstas no estén intactas.
Pero al ser la ilusión una
esperanza —la mayoría de las veces infundada—, puede inducir a error…, como confiar
excesivamente en la suerte… para que se dé la ilusión es necesario tener
ciertos aspectos claros, dicho de otra manera, a mi entender, una ilusión sana
necesita unas motivaciones sanas, una vida ordenada y unos propósitos
saludables.
Entre algunos de los
aspectos destacaré dos que inciden en lograr una buena ilusión, primero; hay
que ordenar moralmente la vida (sin un mínimo orden en aspectos básicos, como
la familia, la actitud esforzada o simplemente los horarios, recuperar la
ilusión es un espejismo, porque serán esperanzas sin una base cierta), y
segundo; observar si la falta de estímulo se debe a una incipiente depresión o
vivir en un ambiente de encarcelamiento tanto profesional y ambiental como
emocional. Episodios de depresión, ya sea temporal o permanente, aleja determinantemente
la ilusión por la vida, por las cosas o por la cotidianeidad, en definitiva,
por todo.
Muchas personas que se
quejan de falta de ilusión están afectadas por situaciones de depresión que
condicionan el presente y el futuro. Identificar si existe depresión es un
primer paso porque tratarla convenientemente puede influir en la recuperación de
la ilusión y dejar de lado a la desidia existencial.
Yo ya he visualizado
algunas ilusiones que voy a poner en práctica. Empiezo mi autotratamiento.
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