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martes, 7 de enero de 2014

Recuperar la ilusión



Es una frase hartamente repetida: ‘necesito recuperar la ilusión’. Cuando parece que las cosas van mal, la rutina me atenaza y entro en un ritmo de vida en el que el aburrimiento, los problemas y las dificultades me asedian, necesito recuperar la ilusión. 

Recuperar la ilusión es una especie de argumento o una pócima de magia doméstica que utilizo para intentar salir de un bache personal (o colectivo). En cierta manera puede convertirse en un recurso fácil que me puede impulsar hacia algún lugar, pero que no sé qué es ni cómo es ni cuándo se da. En realidad, podría ser un espejismo y no ser nada.

Sin duda, la ilusión por las cosas me hace fuerte en el camino diario. Ver en el futuro cierta esperanza me permite movilizar el presente y revolucionarme positivamente. Es esa revolución interior de desear, aún sin saber los detalles de lo que quiero conseguir, lo que me permite andar sin cansarme, perseguir el objetivo superando las adversidades o alcanzar cualquier meta con mis fuerzas, aunque éstas no estén intactas.

Pero al ser la ilusión una esperanza —la mayoría de las veces infundada—, puede inducir a error…, como confiar excesivamente en la suerte… para que se dé la ilusión es necesario tener ciertos aspectos claros, dicho de otra manera, a mi entender, una ilusión sana necesita unas motivaciones sanas, una vida ordenada y unos propósitos saludables.

Entre algunos de los aspectos destacaré dos que inciden en lograr una buena ilusión, primero; hay que ordenar moralmente la vida (sin un mínimo orden en aspectos básicos, como la familia, la actitud esforzada o simplemente los horarios, recuperar la ilusión es un espejismo, porque serán esperanzas sin una base cierta), y segundo; observar si la falta de estímulo se debe a una incipiente depresión o vivir en un ambiente de encarcelamiento tanto profesional y ambiental como emocional. Episodios de depresión, ya sea temporal o permanente, aleja determinantemente la ilusión por la vida, por las cosas o por la cotidianeidad, en definitiva, por todo. 

Muchas personas que se quejan de falta de ilusión están afectadas por situaciones de depresión que condicionan el presente y el futuro. Identificar si existe depresión es un primer paso porque tratarla convenientemente puede influir en la recuperación de la ilusión y dejar de lado a la desidia existencial.


Yo ya he visualizado algunas ilusiones que voy a poner en práctica. Empiezo mi autotratamiento.
 

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