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viernes, 24 de enero de 2014

Mi jefe no tiene ni idea



Muchas veces me he planteado si mi superior es realmente el profesional más adecuado para sacar adelante un equipo de trabajo. Me preguntaba si es competente. Pues hoy ya puedo afirmar que hay que rendirse a la evidencia: mi jefe no es que necesite un empujoncito, necesita un buen empujón…. pero para sacarlo del medio.

Es innegable que no todos los responsables de un departamento o algo más están a la altura de lo que se espera de ellos. No obstante, tampoco tendríamos que perder de vista un aspecto importante, un buen líder no tiene por qué ser el trabajador que más sabe sobre su ámbito de especialización, sino el que sabe formar y gestionar un equipo con los empleados más preparados (laboral y mentalmente). Eso sí, para no desvirtuar esta cualidad, conviene que el jefe sea consciente de sus limitaciones y aprenda a delegar aquellos aspectos que escapan de su control (y muy especialmente si se trata de un miembro del equipo directivo, como en este caso, “el mandamás diría yo”). 

La competencia clave de cualquier jefe debe ser la habilidad de sacar lo mejor de sus colaboradores, gestionar el talento y tener capacidad de liderazgo. Pero como lo cortés no quita la valiente, tampoco es de recibo que un responsable desconozca totalmente la situación del “mercado” en el que trabaja, conviene que el recién llegado se ponga al día cuanto antes. 

Es aconsejable que el líder sea consciente en todo momento de aquellos aspectos que se le escapan. Con ello, no sólo se ganará la credibilidad de sus colaboradores, sino que evitará poner determinados proyectos en peligro por responsabilizarse de cuestiones que no controla. Sin embargo, para que esta sinceridad sea efectiva, debe de ir acompañada de autoridad, para evitar que sus subordinados le coman el terreno… en fin, sin más cometarios que añadir…

(pausa, es que después del redactado de este párrafo me ha dado la risa)

Otra circunstancia que puede producirse cuando el jefe tiene menos preparación que el resto de los empleados son las críticas por parte de estos últimos. Si esto ocurre, lo más recomendable es reunir a los colaboradores y explicarles el porqué de sus carencias. Incluso, también es aconsejable dejar claro que se está intentando subsanar esta limitación. Lo importante, en este caso, es actuar, no quedarse con los brazos cruzados, mirar a otro lado o esconder la cabeza bajo tierra, haciendo esto el problema no desaparece, sigue estando ahí.

Podría seguir, pero esto se me hace insufrible e interminable, el resto lo dejo a la imaginación.

Hoy, puedo afirmar que mi jefe carece totalmente de lo detallado en estos párrafos.

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